Mi historia
¡Hola amores! Soy Estefanía, pero todos me llaman Estefi.
Hace 4 años comencé mi aventura literaria en Instagram creando un perfil donde compartía mis lecturas, recomendaciones y, por supuesto, mis fundas literarias. Todo empezó gracias a la mujer de mi padre, que es para mí mi segunda mamá, ya que yo no sabía ni cómo hacer un dobladillo. Un día, una escritora me pidió que le hiciera 80 fundas de su libro. Aquí viene el dilema... Laura comenzó a trabajar y no podía hacerlas, así que, como buena trabajadora, y sin poder permitirme perder esa venta, le dije que yo me encargaría. ¡Menudo lío! Fui corriendo a mi marido y le dije: "Amor, tengo un problema, me han encargado 80 fundas." Y él me respondió: "Pero si tú no sabes coser :/." Y claro, le contesté que ese era precisamente el problema. Así que corrí a la tienda a comprar una máquina de coser y, en el camino, veía tutoriales sobre cómo usarla. El pobre es un santo que me apoya en todas mis locuras.
Laura y mi hermana me ayudaron a aprender a usarla, y entre eso y la ropa que corté de mi armario para practicar (me vino bien para renovar mi armario), aprendí y perfeccioné mi técnica, logrando completar el pedido de las fundas.
El resto, amores, es historia. Podría contarles una versión distorsionada de mis inicios en la costura, pero no. Quiero que me conozcan tal como soy y que sepan cómo comenzó todo.
A raíz de este episodio, empecé a hacer fundas bajo pedido, y desde aquí, agradezco la confianza de muchas de mis seguidoras y seguidores que me compraron. Sin ustedes, esto no sería posible.
Como buena autodidacta, quise ampliar mis horizontes. Comencé a ver tutoriales de bolsos, neceseres, monederos... Con tijera y descosedor en mano, empecé a coser para mi círculo de familia y amigos. La acogida fue tan buena que decidí, una vez más, abarcar más y seguir superándome a mí misma, y es por eso que hoy me estoy presentando.
Esta soy yo, una mami emprendedora con ganas de que todas tengáis vuestros complementos y luzcáis guapas y monas sin que vuestra cartera sufra. Porque ir guapa no tiene por qué ser caro, ¿verdad?
Quiero aprovechar para darle las gracias a mi marido, mi polo a tierra, el es el motivo por el que escribo estás palabras ya que sin su apoyo moral esto no sería posible. El creyó en mi antes que yo misma así que gracias mi vida por todo lo que haces por mi.
Espero que os gusten mis productos. Sepan que si deciden apostar por mí, me esforzaré por sacarles sonrisas al recibir vuestros pedidos, porque gracias a ustedes, que están detrás de estas letras, es que yo sonrío.
Nos vemos en las letras y en las telas, amores.
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¡Lo que te venga mejor!